Sostenibilidad en el mar: presente y futuro

Pescados Blas Paradela / De la mar

Hablar de sostenibilidad en el mar no es un lujo, ni una etiqueta para quedar bien. Es una necesidad. Y para quienes trabajamos con pescados y mariscos frescos gallegos, es también una forma de vida. Porque si el mar no se cuida, se agota. Y si se agota, no hay futuro ni para el oficio ni para quienes confían en nuestro producto.

Sostenibilidad no es solo pescar menos, sino pescar mejor

Uno de los mejores ejemplos de pesca sostenible en Galicia es la merluza de pincho, una técnica tradicional que, lejos de haber quedado obsoleta, representa hoy uno de los modelos más responsables de pesca selectiva. A diferencia de otros métodos más agresivos, el pincho (o anzuelo) permite capturar una a una las piezas, evitando capturas accidentales y reduciendo el impacto sobre los fondos marinos.

Este tipo de pesca no solo protege el ecosistema: también mejora la calidad del pescado. Las piezas llegan enteras, sin estrés, sin golpes, sin deterioro. Y eso se nota en el sabor, en la textura y en la frescura real del producto.

Celeiro y Burela: dos puertos que apuestan por hacerlo bien

Desde nuestros puntos de trabajo en Celeiro y Burela, vemos a diario cómo el compromiso con el mar es real. No hablamos solo de cumplir normativas: hablamos de flotas que trabajan con cuotas ajustadas, de embarcaciones que controlan el tiempo de pesca y las tallas mínimas, y de lonjas que registran cada pieza para asegurar trazabilidad.

Ambos puertos forman parte de iniciativas y certificaciones que promueven la pesca responsable. Y en ese camino, quienes distribuimos el producto tenemos una responsabilidad igual de grande: elegir bien lo que vendemos y asegurarnos de que el cliente sepa lo que está comprando.

El consumidor también forma parte del cambio

La sostenibilidad no empieza ni termina en el mar. También está en la decisión de quien compra. Apostar por pescados y mariscos frescos gallegos, de procedencia conocida, capturados de forma respetuosa, es una forma concreta de apoyar al sector sin caer en modas o palabras vacías.

Cada vez más personas preguntan por el origen, por las artes de pesca, por cómo se trata el producto antes de llegar a la pescadería o al restaurante. Y esa conciencia, que hace años era una excepción, hoy es parte de una nueva normalidad.

En Pescados Blas Paradela, no entendemos otra manera de trabajar que no sea esta: con honestidad, con producto bien capturado y con respeto por un mar que da, pero también pide. Porque sin sostenibilidad no hay pescado. Y sin pescado, se pierde una cultura entera.

Puedes consultar más publicaciones / De la mar